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Adicciones

Aspectos generales.

Estudios efectuados en el país en 1993 y 1998 a través de las encuestas nacionales sobre adicciones han revelado que los patrones de consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas se han convertido en graves problemas de salud pública.

Así, al alcohol se le relaciona con cinco de las principales causas de defunción: enfermedades del corazón, accidentes, enfermedades cerebrovasculares, cirrosis hepática, homicidios y lesiones en riña.

En cuanto al consumo del tabaco, hay 13 millones de consumidores, de los cuales los adolescentes son considerados grupos de muy alto riesgo. En relación al consumo de drogas ilícitas en personas entre 12 y 56 años se mostró una prevalencia de 5.7%, equivalente a más de 2.5 millones de individuos.

El problema del narcotráfico en nuestro estado no es conocido a ciencia cierta; no obstante, es indudable que es tan grave como en la mayoría del territorio nacional. Sobre el consumo de drogas prohibidas en la entidad tampoco se tienen datos precisos, pero el hecho de que haya grupos de narcotraficantes peleándose el mercado estatal en forma encarnizada indica que el consumo entre la población es mayor de lo que se cree.

Se han realizado estudios parciales que revelan sólo la “punta del iceberg” del problema y dan una idea sobre la situación estatal. Por ejemplo, las encuestas de opinión sobre farmacodependencia de los municipios de Guerrero realizadas en 1985, 1989 y 1992 y el estudio. La dimensión del fenómeno de la drogadicción en la población escolar del nivel medio superior del estado de Guerrero, efectuado más recientemente, revelaron algunos datos interesantes: 17.8% de los encuestados fuman. De ellos, el 11.1% se inició en el hábito antes de cumplir 12 años. El 22.7% de los interrogados consumen bebidas alcohólicas; el 8.9% empezó a hacerlo antes de los 12 años. El 6.1% había probado algún tipo de droga ilegal; de éstos el 20.4% la probó antes de los 12 años.

La mayor parte de los que confesaron una adicción mayor se agrupan entre los rangos de edad que van de 14 a 25 años; de éstos, un 53% consume marihuana, un 30% solventes inhalables, un 15% anfetaminas, un 20% heroína y cocaína. Obviamente, la suma de los porcentajes señalados supera el 100%, y ello se debe a que algunos de los encuestados han usado más de una droga.

En el segundo estudio se observó que los municipios de la región de la Costa Chica y el puerto de Acapulco son los que revelaron un mayor consumo de bebidas alcohólicas en sus diversas modalidades; además, en ese centro turístico va en aumento el uso de sustancias ilegales. También en la Costa Chica –reportan varias dependencias gubernamentales– se ha observado en los últimos años un incremento en el consumo de marihuana entre los jóvenes escolares.

Estudios más recientes, efectuados durante 2007 en Acapulco, Chilpancingo e Iguala, en personas de 12 a 25 años, registraron mayor consumo de bebidas alcohólicas en Chilpancingo (18.2%) que en Acapulco (15.2%) o Iguala (16.1%), con edad de inicio confesada de 10 años.

Las mismas encuestas revelaron una prevalencia muy similar en las tres ciudades en el consumo de tabaco: Chilpancingo, 5.6%; Iguala, 5.4%, y Acapulco, 5.3%.

En relación a la investigación sobre el consumo global de drogas ilícitas, en las muestras de población interrogadas en las mismas ciudades los resultados fueron los siguientes: Acapulco, 4.8%; Chilpancingo, 3.8%, e Iguala, 4.6%.

Como ya se mencionó, estos estudios ofrecen resultados incompletos, sólo cercanos a la realidad, hecho que permite hacer evaluaciones muy parciales sobre estos problemas, difíciles de detectar completamente, sobre todo porque las muestras poblacionales estudiadas son reducidas; por otro lado, por los prejuicios sociales existentes y el temor de los encuestados a aceptar públicamente que usan o manejan drogas ilegales los resultados son truncos y poco confiables.

Algunos investigadores afirman que la única manera de acabar con el narcotráfico y todos los problemas sociales que esto conlleva es legalizar el uso controlado de estas sustancias, como se ha observado con éxito en estudios piloto realizados en Canadá y algunos países europeos; sin embargo, el tráfico de drogas es un problema complejo que requiere de muchos estudios y propuestas para enfrentarlo.

Se dice, por ejemplo, que nuestro país está viviendo una verdadera “narcoeconomía” y que la desaparición del narcotráfico causaría graves problemas económicos a varias regiones del país; por otro lado, se afirma que de las grandes sumas económicas ganadas por los narcotraficantes un porcentaje altísimo va a manos de funcionarios corruptos de alto nivel involucrados en la protección de éstos, hecho por el cual jamás aceptarían la legalización de estas drogas, argumentando motivos de índole moral pero en realidad protegiendo también sus intereses personales.

De hecho, el alcohol es tan perjudicial como las drogas prohibidas, causa gravísimos problemas sociales, ya expuestos en el capítulo sobre el alcoholismo, y, a pesar de ello, es aceptado por las autoridades y la sociedad, ampliamente publicitado su uso, y nos hemos acostumbrado a vivir con su consumo ya casi masivo entre la población.

Es indudable, pues, que la prohibición del consumo de drogas ilegales como la cocaína y la marihuana no resuelve el problema de las adicciones, pero sí enriquece a grandes grupos organizados que se encargan de producir y distribuir estas sustancias a grandes costos para los consumidores, distribuyendo parte de sus ganancias a las mismas autoridades.

(FLE)