Marihuanismo.
La marihuana se obtiene de la planta cannabis sativa, que crece en las regiones templadas y tropicales de todo el mundo. Contiene un compuesto químico llamado tetrahidrocannabinol (THC) que afecta la forma de pensar, sentir y comportarse de la persona que la fuma. Su efecto estimulante sobre las personas que la consumen es diferente de acuerdo a la frecuencia con que se use, la cantidad que se fume y la potencia de la droga usada, e inclusive de la personalidad del usuario; es decir, en el intelectual o el artista –músico, pintor, etcétera– podría estimular su sensibilidad creativa; sin embargo, en personas con problemas emocionales, agresivas o psicópatas las puede inducir al suicidio, a agredir a los que lo rodean, y hasta matar.
En la esfera sexual, la marihuana provoca impotencia en el hombre adicto a ella, pues esta droga ocasiona cambios hormonales que interfieren en los patrones normales de la fisiología sexual.
Al igual que ocurre con las otras drogas conocidas, la marihuana es utilizada con mayor frecuencia que hace 20 años; también tiene efectos más potentes debido a técnicas de cultivo que favorecen un mayor contenido de THC. Se afirma que la marihuana es la droga ilegal de mayor uso en la población de nuestro país y afecta principalmente a la gente joven en edades que van de los 12 a los 19 años.
Con dosis moderadas, la marihuana produce dos fases: euforia leve, seguida de somnolencia. En el estado agudo, quien la usa tiene alteración de percepción del tiempo, inhibición, torpeza en los movimientos, deterioro de la memoria inmediata y ojos enrojecidos (inyectados), Las dosis altas pueden producir alteraciones graves de conducta.
Por supuesto, como la marihuana es una droga inhalada, que se fuma, su consumo favorece trastornos del aparato respiratorio como la bronquitis crónica, el enfisema y el cáncer pulmonar, pues el humo de esta droga contiene 50% más de alquitranes y sustancias químicas cancerígenas que el tabaco.
Por otro lado, su uso aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca, hecho que la hace un alto riesgo para aquellos que ya padecen presión arterial alta o alguna cardiopatía, o bien están predispuestos a desarrollar estas enfermedades. La utilización de los servicios de salud para resolver diversos problemas sanitarios aumenta en los fumadores crónicos de marihuana.
El uso constante de esta droga hace que el individuo desarrolle no sólo una dependencia psicológica sino también física y, en consecuencia, el adicto busque desesperadamente la droga para consumirla y si no la consigue se muestre irritable y ansioso, inapetente e insomne, y con frecuencia presente también náusea y dolores musculares.
No menos importante es mencionar que la marihuana es una droga muy estigmatizada socialmente y quien la usa carga con estos estigmas; el marihuano provoca en la sociedad temor, desprecio, rechazo y aislamiento.
Inhalantes (Inhalables).
Sustancias químicas, generalmente volátiles a temperatura ambiente; se les llama disolventes y se utilizan ampliamente con fines industriales. Actualmente son muy populares como drogas inhaladas (por la boca o la nariz). Cuando estas sustancias se inhalan penetran con facilidad al organismo por los pulmones y de ahí pasan a la sangre, siendo los órganos más afectados el cerebro, el hígado, los riñones y el corazón.
Se abusa de ellos por sus efectos subjetivos de bienestar y euforia; sin embargo, resultan potencialmente muy tóxicos para el hombre debido a que su uso crónico produce daño cerebral, hepático o renal irreversible. Constituyen un grave problema de farmacodependencia y salud pública ya que son consumidos generalmente por menores de edad, de baja escolaridad y de nivel socioeconómico bajo.
Estas sustancias tienen un efecto depresor importante en el sistema nervioso central, después de la inhalación los usuarios experimentan una sensación de mareo, mayor libertad y confianza, estado de excitación, risas inmotivadas, sensación de bienestar expresada como un sentimiento exagerado de felicidad; escuchan y ven “cosas” a su alrededor que tienen tamaño, color y formas extrañas, y el tiempo y el espacio parecen acortarse y expandirse.
Los efectos físicos (“cruda” o “resaca”) posteriores a los efectos mencionados no son agradables, pues se presenta diarrea, vómito, accesos de tos repetidos. Igualmente se manifiesta lenguaje farfullante, visión doble, mareo y dolor muscular.
El uso de estos productos es peligroso y los usuarios crónicos generalmente mueren por alguna de las causas siguientes:
Se ha observado un consumo acrecentado de estos productos porque un consumidor hace gran labor de proselitismo. Existen más de mil artículos comerciales que contienen sustancias inhalantes, como los limpiadores de calzado, removedores de pintura, desodorantes en aerosol, los pegamentos y otros productos, disponibles en tiendas, ferreterías, supermercados y farmacias. Los más usados son los que contienen tíner, tolueno, éter, gasolina, acetona, aguarrás y otros.
La dependencia a los inhalantes ocupa un lugar importante en nuestro país y es un problema complejo, de difícil solución.
Heroína y morfina.
Son dos drogas derivadas del opio (opiáceos), que se aplican en forma inyectable y tienen un gran poder como analgésicos, hecho que provocaba su uso médico para mitigar dolores severos hasta mediados del siglo pasado. Actualmente ya no se usa ninguna de ellas en la práctica médica, pero tienen una gran demanda como drogas ilícitas en EU y otros países.
En México, a pesar de que somos productores de amapola, flor de la cual sacan la goma para producir estos narcóticos el uso de ellos en la población no es importante dentro del tráfico de drogas ilegales que existe en nuestro país.