Al presentar la primera edición de la Enciclopedia Guerrerense (EG), en marzo de 2005, el licenciado Juan Pablo Leyva y Córdoba –su director e impulsor fundamental– llamó nuestra atención sobre la necesidad de actualizarla, profundizarla y extenderla de manera permanente. Propuso entonces hacer una primera modificación en 2011, a fin de aprovechar la riqueza informativa que habrá de generar el XIII Censo General de Población y Vivienda en 2010. Con visión de largo plazo –como acertadamente piensan quienes ven más allá de los sexenios gubernamentales, cuando se trata de contribuciones que trascienden–, planteó la continuidad del proyecto y la necesidad de un esfuerzo cada vez más sólido en los procedimientos de investigación y en la búsqueda de resultados, hasta conseguir que en 2020 la obra alcance el desarrollo y la calidad académica a que está obligada. Esta concepción dinámica de la EG tenía –y tiene– como soporte básico el cambio permanente de la sociedad y la cultura y la perdurable existencia de nuestra entidad.
Las circunstancias políticas permitieron adelantar un poco los tiempos previstos. Del acuerdo alcanzado con el contador público Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, gobernador constitucional del estado de Guerrero, derivó el compromiso de publicar una edición conmemorativa de la EG que contribuya a dar realce, en el plano editorial, a las conmemoraciones del Bicentenario de la lucha por la Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana.
Guerrero Cultural Siglo XXI –Asociación Civil encargada del proyecto e instancia poseedora de los derechos de publicación respectivos– realizó sus actividades en el periodo 2005–2009 con el propósito firme de enriquecer y mejorar el contenido, así como ofrecer un diseño de textos diferente; informar a los lectores de manera puntual, confiable, precisa y lo más actualizada posible, así como contribuir a fortalecer la identidad de los guerrerenses.
El desempeño del personal –directivo, académico, técnico y de apoyo– tuvo como eje rector una planeación compartida, cuyo cronograma se cumplió cuidadosamente. Aprovechamos al máximo la primera experiencia; cambiamos las formas de administrar el proyecto, y privilegiamos la tarea en la metodología y en los resultados. Hoy las nuevas aportaciones, respecto de la publicación anterior, pueden concretarse en los enunciados siguientes:
Como puede constatarse al comparar el tomo VII de la primera edición con el VII de la segunda, incrementamos el número de topónimos –de 936 a 1205– y el de guerrerismos –de 794 a 860–; también mejoramos su presentación. Además, con legítima satisfacción, podemos afirmar que el Atlas municipal, turístico y cultural del estado de Guerrero se integra con 81 mapas debidamente actualizados en sus coordenadas y límites; pensamos que en este punto, especialmente, podemos orientar aspectos complementarios de la enseñanza.
La Coordinación General de la Enciclopedia Guerrerense ha decidido conservar, por una doble razón, la Introducción que el polígrafo y bibliógrafo Hermilo Castorena Noriega hiciera para la primera edición. Por un lado, se trata de un texto válido en la mayor parte de sus párrafos (los que han perdido vigencia serán fácilmente identificables por el lector); por otro, al mantenerla, expresamos nuestro reconocimiento y respeto al intelectual al que debemos los habitantes de esta entidad suriana haber propuesto por vez primera la creación de una Enciclopedia Guerrerense.
Estimado(a) lector(a): A través de cinco siglos, los pueblos de América Latina –como ha ocurrido con otras naciones del mundo– hemos viajado en el último vagón del tren de la economía internacional; nuestro signo ha sido la subordinación, la dependencia y la pérdida sin pausas, y casi sin obstáculos, de los bienes y valores que ancestralmente han determinado nuestra mexicanidad. Hoy, desde las páginas de este documento –fruto de un esfuerzo de guerrerenses–, y en el marco de un año tan pleno de motivos históricos para el país, reiteramos el llamado a la defensa, el estudio, la conservación, el incremento, el respeto, el elogio y la difusión de nuestra cultura, que son, tal vez, los únicos y, sin duda, los mejores baluartes ante el empuje de la transculturación.
Profr. y Lic. Carlos Cantú Lagunas
Coordinador General de la Enciclopedia Guerrerense