Dasypus novemcinctus. Orden Edentata, familia Dasipodidae. Otros nombres: mulita, armado, ayotochtli, tatúes.
Animal primitivo; su origen se remonta al periodo pleistoceno americano, relacionado con los animales prehistóricos, como sus primos los gigantescos gliptodontes.
El armadillo cuenta con características fuera de lo común que lo diferencian de los demás mamíferos, tanto en la anatomía como en la fisiología reproductiva: lleva un caparazón osificado de nueve bandas transversales, las que le permiten cierta flexibilidad a la coraza que lo abriga; la cabeza cuenta con una placa protectora, al igual que la larga cola recubierta con anillos endurecidos. El cráneo alargado termina en un hocico cónico, coronado con llamativas y grandes orejas ovaladas y revestidas de pequeñas placas óseas con disposición irregular; en los bordes de dichas orejas, y por todo el cuerpo, se advierten pelitos cuya escasez y diminuto tamaño le da aspecto de lampiño.
Mide de 60 a 80 cm de largo y pesa de tres a siete kg. Es negro con manchas blancas opacas en los costados, y el vientre blanco. Lento para desplazarse, en campo abierto una persona con facilidad lo alcanza; en la vegetación espesa se torna hábil y escurridizo, y es casi imposible su captura; es animal solitario, sólo en época de celo se junta con su pareja.
Se encuentra por lo regular en lugares planos de clima cálido o semitemplado, pero casi nunca en lo frío, debido a que carece de piel que recubra su cuerpo. Se le ha visto en los municipios de las Costas, Chilpancingo y Atenango del Río, entre otros.
Los lugares que prefiere son las orillas de ríos y arroyos, donde cava sus madrigueras.
La época del estro es entre julio y agosto, momento en que el macho cubre a la hembra; aquí sucede algo singular: la fecundación del óvulo se efectúa para dar origen al huevo o cigoto, pero éste no comienza su desarrollo de inmediato, sino que entra en proceso de latencia (que dura alrededor de cuatro meses, al cabo del cual se inicia la gestación, que tarda otros cuatro meses), para culminar con el parto, del que nacen cuatro crías, por lo regular de sexo igual, debido a que son originadas por el mismo huevo, que se divide en cuatro células, y de cada una se forma un nuevo ser. Los hijos son amamantados pocas semanas, tiempo suficiente para que la madre les transmita los secretos de la supervivencia; enseguida se separan para iniciar su vida solitaria.
En algunas regiones, el hombre caza a los armadillos para consumir la carne y aprovechar la concha en la confección de bolsos de mujer; la carne tiene un sabor parecido a la del cerdo, con un pequeño toque a tierra mojada, que adquiere al ingerir grandes cantidades de lodo cuando anda en busca de alimento. Otros depredadores son: pumas, coyotes, perros y algunos gatos silvestres.
Cuando es atacado se refugia en cualquiera de sus madrigueras, ya que, por lo regular, cuenta con varios agujeros que cava en la tierra; al no ser posible encuevarse se enrosca y se resguarda con su coraza, que es sumamente resistente, siendo casi imposible romperla con herramientas ordinarias o con los mordiscos de sus adversarios, quienes tienen que buscar la forma de descubrir la parte ventral, único lugar vulnerable.
La concha, aparte de ser utilizada en la industria, al parecer tiene efectos relajantes en la musculatura lisa de animales, entre ellos el hombre; el individuo que respira el humo del caparazón quemado presenta flacidez en los esfínteres. Existe la creencia de que quien consume en exceso carne de este “cuchito de tierra”, como en algunas regiones le llaman (Tierra Caliente, por ejemplo), puede adquirir la enfermedad de la lepra.
(EAV)