Nombre común que se aplica a un número determinado de pequeños mamíferos roedores con hábitos diurnos terrestres o arborícolas. Hay diversas especies que algunos investigadores (Dr. EW Nelson) han tratado de conjuntar en grupos para el mejor estudio; sin embargo, a raíz de su diversidad se dificulta la clasificación, además de que las superficies donde viven se sobreponen una a otra. Entre los rasgos que las distinguen, por ejemplo, algunas que proliferan en la misma área geográfica no se cruzan, por lo que se supone existen diferencias anatomo–fisiológicas.
En Guerrero se encuentran especies como la que a continuación se menciona:
Ardilla arbórea. Sciurus poliopus; familia Sciuridae, género Sciurus. Otro nombre: ardilla de árbol.
Color gris, aunque puede variar en tonalidad, pudiendo ser inclusive negra; rojiza con blanco o blanco con negro (cadena). Mide de 24 a 27 cm de cabeza y cuerpo; cola, otro tanto; con peso de 250 a 550 gr. La característica que la diferencia de otras (las rojizas) es que posee una pequeña clavija (pieza dental premolar en forma de espiga) frente a los cuatro dientes trituradores en la quijada superior, único detalle definitivo para diferenciarla, ya que los demás, del orden fenotípico, son similares.
Por su capacidad de adaptación se localiza en cualquier parte donde encuentre agua y alimento suficiente (por lo general en bosques de pino–encino y en lugares montañosos; también cerca de tlacololes y sembradíos en las laderas de los cerros).
Consume nueces, semillas de diversos árboles, frutos, capullos, flores, retoños, huevos y aves silvestres. En ocasiones ataca los cultivos de maíz, donde hace destrozos.
Las hembras pueden entrar en celo en cualquier época del año, según existan o no agua y alimento. El periodo de gestación es de 44 días en promedio, y nacen de dos a seis crías, con los ojos cerrados, que abren a las cuatro semanas. Su desarrollo es lento, por ello tardan varios meses al cuidado de la madre, motivo posible del porqué las hembras sólo paren una vez al año.
Estos roedores sirven como alimento a coyotes, zorras, aves rapaces y felinos; para los mamíferos es difícil capturarlos en virtud de que el mayor tiempo lo pasan en las copas de los árboles y sólo en contadas ocasiones bajan al suelo para tomar agua o cambiar de árbol, momento que puede ser aprovechado por los enemigos terrestres.
En algunos poblados de La Montaña los campesinos los cazan para consumir su carne o para venderlos como mascota. Son considerados perjudiciales, ya que atacan el fruto del cocotero y el de otros árboles, así como los sembradíos de maíz.
(EAV)