Los antiguos mexicanos (nahuas) lo llamaban “acaltetepon”, considerado como de los únicos saurios venenosos en el mundo; pertenece a la familia Helodermatidae, con dos especies: Heloderma horridum horridum y Heloderma suspectun suspectun.
Es un reptil que se distingue de las demás lagartijas mexicanas porque su cuerpo está recubierto por escamas granulares, como si fuera chaquira o lentejuelas; la cabeza es muy grande, con mandíbulas potentes; el cuerpo es rollizo, y la cola puede alcanzar una longitud de 60 cm o más; tiene extremidades cortas y ojos relativamente pequeños; el color puede ser negro, negro con blanco y negro con amarillo; su hábitat natural son los lugares rocosos y secos, y busca refugio en cuevas y huecos de árboles; se alimenta por las noches o en el crepúsculo con pequeños mamíferos, huevos y polluelos de aves y lagartijas.
Es posible localizarle en casi todo el territorio mexicano; la especie que habita en Guerrero es Heloderma horridum horridum; en la región de Tierra Caliente es de color negro con amarillo, ataca a sus presas a través de la mordedura; posee en las mandíbulas 20 dientes en cada una, los de abajo se encuentran asentados en una especie de colchón o piso esponjoso, bajo el cual existe una bolsa pequeña conteniendo el veneno; al inferir la mordedura, la bolsa se comprime y, por la hendidura de los dientes (acanalados), inyecta el líquido mortal; muerde tan fuerte que para despegarlo en ocasiones es necesario cortarle la cabeza o desprender el pedazo de carne de la presa; por lo general, no tiene enemigos naturales.
Cuando una persona sufre un ataque por este animal el cuadro clínico es el siguiente: a) vómito de sangre (hemático), b) baja la temperatura (hipotermia), c) disminución de la presión sanguínea (hipotensión) y d) coma y muerte. Todo se debe a la acción de las diversas sustancias que son introducidas por la mordedura y que están constituidas por más de 40 proteínas, a cual más destructoras o mortales.
Los efectos son: destrucción de los glóbulos rojos, que causa anemia; se destruyen los tejidos que circundan a la mordedura, evitando la cicatrización; funcionan como anticoagulantes, lo que provoca hemorragia interna, hipotensión e hipotermia. Además, una neurotoxina ataca al sistema nervioso, con devastador efecto sobre el corazón y el diafragma, provocando paro respiratorio; una más: funciona como acelerador para que el veneno circule más rápido; otra: provoca intenso dolor.
Por fortuna, es raro que un saurio de éstos llegue a morder a un humano, quizá por el respeto que se le tiene o la lentitud de sus movimientos; está considerado como torpe para la locomoción.
La cola tiene función semejante a la joroba del camello, pues en ella almacena nutrientes que le permiten resistir hasta cuatro meses sin comer. Se aparea en primavera; unas semanas después la hembra ovipone y entierra el producto para que en verano nazcan las crías, con su defensa natural que es el veneno.
Tiene una longevidad de hasta 25 años en cautiverio; en el medio silvestre probablemente viva más. Se ha localizado prácticamente en todos los municipios del estado. En la actualidad existe un producto biológico que neutraliza los efectos de la mordedura, la que en otros tiempos era mortal por necesidad.
Alejandro Alagón Cano, investigador de la UNAM y mexicano por nacimiento, fue quien después de innumerables pruebas en borregos descubrió el antídoto que neutraliza los efectos mortíferos del veneno del escorpión. Con este descubrimiento no sólo se logra eso, sino que a raíz del desglose que se ha hecho de la sustancia se abre la posibilidad de utilizar algunos de estos prótidos en el tratamiento de enfermedades que hasta hoy son incurables (como sucede con el veneno de alacrán, que está siendo utilizado como tratamiento en padecimientos del cerebro). Entre el contenido del veneno existe una partícula que regula la elaboración de azúcar, lo que hace crear expectativas en bien de las personas que padecen diabetes.
(EAV)