Karwinskia humboldtiana. Arbusto silvestre de poca altura, perteneciente a la familia de las ramáceas, que tiene la característica de permanecer siempre verde, a pesar de que predomina en zonas secas y calientes del centro y norte del país. Este arbusto existe en varias zonas del estado con clima semejante y produce un pequeño fruto redondo –similar al capulín que muchos conocemos– con sabor agridulce que provoca que las personas, sobre todo los niños, lo corten para comerlo.
Hay dos temporadas en las cuales produce frutos: agosto–septiembre y enero–febrero. Este producto contiene sustancias tóxicas para el sistema nervioso periférico y provoca cuadros de parálisis fláccida progresiva, generalmente bilateral, que pueden causar confusión con otros cuadros que originan parálisis como la poliomielitis y otras enfermedades neurológicas más frecuentes que ésta.
De cinco a diez días después de ingerido el fruto se presenta fiebre, debilidad muscular, inapetencia y finalmente parálisis progresiva que se inicia en las piernas y puede causar la muerte del enfermo por paro respiratorio, sobre todo cuando el número de “capulines” ingeridos es muy elevado.
Si el paciente sobrevive, su recuperación es paulatina y espontánea, y puede durar hasta un año, generalmente sin secuelas. No existen antídotos. Y cuando el cuadro es grave sólo en medios hospitalarios se puede controlar a los intoxicados para evitar su deceso por parálisis de los músculos que controlan la función respiratoria.
A principios de 1980, en una zona indígena del Medio Balsas perteneciente a los municipios de Tepecoacuilco y Huitzuco, aparecieron más de 30 casos en un periodo corto, suceso que provocó una movilización de emergencia epidemiológica de nivel nacional, pensándose en la posibilidad de un brote de poliomielitis.
(FLE)