Pediatra y político. Nació en Chilpancingo el 25 de junio de 1884; murió el 21 de noviembre de 1953 en la Ciudad de México. Sus padres fueron Andrés Alarcón y Taide Martínez.
Hizo los primeros estudios en Acapulco, en el estado de Morelos y en Puebla.
Cursó la carrera de Médico Cirujano y Partero en el Colegio del Estado, hoy Benemérita Universidad de Puebla, a partir de 1906. Sustentó examen profesional el 26 de octubre de 1910 con la tesis El tratamiento de la sífilis con 606 (que después sería aplicado en hospitales).
Fue primer auxiliar interino del Observatorio Meteorológico del Colegio del Estado de Puebla (1907–1908); director, junto con Rafael Cabrera, de la revista literaria Don Quijote (1908–1911); presidente de la Asociación de Estudiantes del Colegio del Estado (1910), y delegado del mismo al Primer Congreso Nacional de Estudiantes que se llevó a cabo en la Ciudad de México.
Se adhirió a la política de Francisco I. Madero, por lo que al triunfo de éste fue nombrado regidor del ayuntamiento de Puebla (1911) y diputado al Congreso de la Unión por el estado de Guerrero (1912).
El 20 de febrero de 1913 se opuso, secundado por siete miembros más del Bloque Renovador de la Cámara de Diputados, a la renuncia de Madero y José María Pino Suárez como presidente y vicepresidente respectivamente de la República al considerar que habían sido presionados por Victoriano Huerta. Cuando este último usurpó el poder ordenó la aprehensión de 83 diputados, entre los que se encontró Alfonso G. Alarcón. Al recuperar su libertad, decidió retirarse de la política “no por miedo, sino por asco”, como lo hace notar.
A partir de 1915 se trasladó a Tampico, Tamaulipas, y motivado por la muerte de cuatro de sus 14 hijos cuando aún eran pequeños se dedicó a la pediatría e impulsó esa especialidad en México. Pudo relacionarse con los pediatras más renombrados de Europa, con quienes intercambió constante información.
En Tamaulipas, donde permaneció hasta 1934, fue director del Hospital Civil, delegado de Higiene Pública, jefe de Sanidad Federal del estado y colaboró en la campaña contra la peste bubónica.
En 1935 recibió el nombramiento de jefe del Servicio de Higiene Infantil del Departamento de Salubridad Pública en la Ciudad de México; fue secretario general del Departamento de Pediatría y de Higiene Infantil de la Escuela de Medicina; miembro de sociedades nacionales y honorario de la Sociedad Pediátrica de París, de Cuba y de Nueva York, e impartió Paidología Médica en la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM.
Ocupó la rectoría de la Universidad de Puebla (1941) y fue doctor Honoris Causa de la misma.
Recibió lauros científicos y cívicos: en Guerrero, el Joaquín Velázquez de León; Corona Olímpica del Trabajo, de Bélgica; el del concurso anual de la Academia Nacional de Medicina de México; la medalla del Ateneo de Artes y Ciencias de México; la Ignacio Manuel Altamirano, y un premio de la Asociación Mexicana de Pediatría.
Regresó a la política como senador propietario por el estado de Guerrero a la XLII Legislatura (1952) y presidió el Senado en el mismo año. Por esa época se le acusó de tráfico de gammaglobulina, señalamiento que libró fácilmente, pero que afectó su salud de tal manera que no pudo reponerse.
Ya muy grave, el general Baltasar R. Leyva Mancilla, oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo nombró Veterano de la Revolución. En honor a su memoria se impuso el nombre de Alfonso G. Alarcón a la clínica rural de Coacoyula de Álvarez y a una biblioteca de la ciudad y puerto de Acapulco.
Fundó las revistas médicas especializadas Pediatría de las Américas; labor médica, y Gaceta médica de Tampico, en las que publicó alrededor de trescientos artículos.
Escribió El cuidado del niño (1927); Bajo el régimen vagal; La dispepsia transitoria de los lactantes (1935); Estudios clínicos y terapéuticos acerca del paludismo infantil; Motivos de pediatría (1944).
También incursionó en otros géneros: De cómo vino Huerta y cómo se fue (1913); Cuentos sencillos; Fatalidad, y Burla burlando (epigramas, 1952). A su muerte dejó obras literarias inéditas.
(HCB)