La arquitectura es parte sustancial de la historia del desarrollo social, cultural, religioso, político y económico de la humanidad.
A través de los testimonios históricos de distintas épocas de la civilización occidental y del mundo musulmán la arquitectura ha sido el rostro que los hombres imprimen a sus pueblos y ciudades, diseñando y conservando su morada y los espacios para trabajar, para gobernar, para el comercio, para la cultura, para la actividad religiosa, y para proteger su patrimonio y sus ámbitos de poder.
Concepto.
En México, y de acuerdo a la definición del concepto, ya en los 40, el maestro José Villagrán García iniciaba su cátedra diciendo que “la arquitectura es el arte de construir la morada integral del hombre”, incorporando en este concepto la vivienda misma en todas sus formas y expresiones; la morada integral del hombre incluye templos, escuelas, edificios de gobierno, edificios para la cultura, instalaciones para la recreación y el deporte, imprimiendo en cada caso el sello de capacidad técnica y sensibilidad artística para mezclar la belleza, la funcionalidad y el manejo adecuado de los materiales.
Desde principios del Siglo XX estos conceptos llegaron a inspirar al gran arquitecto Le Corbusier para calificar a la arquitectura como “El juego (mágico) sabio y maravilloso de los volúmenes ensamblados por la luz”.
Factores.
Podemos interpretar la obra arquitectónica en Guerrero con las siguientes constantes: El primero es el factor geográfico y físico, modelando el hábitat humano según la región y los materiales disponibles, como el clima del lugar, las características del suelo, los materiales que ofrece la tierra de forma espontánea y que el guerrerense construye partiendo de ello.
En segundo término está el humano; éste genera el contenido del espacio y su envolvente formal.
Posteriormente, en tercer lugar, la técnica constructiva del edificio, para que la obra sea resistente a las fuerzas de la intemperie y del uso constante de sus muros, cubiertas, vanos, etc.
En el cuarto punto se lucha con una palabra que es prosa y obstáculo: el presupuesto; el aspecto económico, que nos hace ver si la obra se puede realizar con todos los aspectos emocionales con los que se concibió, dando respuesta a un programa de necesidades en relación a la tipología de la obra arquitectónica.
Todo esto influye en el factor plástico formal, elemento indispensable que es parte esencial de la sensibilidad del buen arquitecto de este territorio donde el sol envuelve los volúmenes con los que motivamos nuestro ser.
La Arquitectura como profesión.
La obra arquitectónica de alta calidad en Guerrero es realizada por profesionales mexicanos de diferentes partes de la República, ya sea avecindados o nacidos en el estado; la obra surge de la alta comprensión y reinterpretación de fuentes populares de cada una de las regiones con sus tradiciones, que resumen la experiencia de siglos. La arquitectura que necesita Guerrero en cualquier época tiene que estar en perfecta consonancia con los problemas que plantea cada una de las regiones del estado.
Bajo el sol, al trazar en un plano la sociedad de formas y espacios, en la compleja urdimbre de la ciudad, el urbanista y arquitecto guerrerense reflexiona en nombre de la ecología el deber de fidelidad a esta maravillosa naturaleza; y esta relación armónica de la sinfonía de formas naturales con la estructura física de la ciudad es concebida en respuesta a las condiciones de la topografía del sitio; se borda una traza irregular, natural y espontánea, como ese medallón que es Taxco, o en círculos concéntricos, siguiendo la forma de la bahía y las calles perpendiculares al mar, a la zona costanera; ése fue el origen de Acapulco, con un plan de sentido común, conceptualizado por la mente de arquitectos sin formación académica.
Las obras arquitectónicas son y tienen presencia cuando se inician con una conceptualización inconmensurable, pasando por lo conmensurable cuando se diseña, y, al final, termina nuevamente siendo inconmensurable; se siguen las leyes de la naturaleza y utilizamos diferentes materiales, técnicas de construcción e ingeniería, pero al final, cuando la obra arquitectónica llega a ser parte de lo vivo, evoca cualidades inconmensurables y el espíritu de su existencia prevalece. Las edificaciones en Guerrero se presentan como una ofrenda a la arquitectura, haciendo un eco en el silencio de este contexto de sortilegio; al sol ofrendan su sombra.
El arquitecto guerrerense, al igual que todos los arquitectos del mundo, tiene una enorme responsabilidad al enfrentar los problemas urbanos, arquitectónicos y ecológicos. Su tarea y reto es dotar al ser humano de una mejor calidad de vida, desde un punto de vista social. El arquitecto, por su naturaleza y formación, es un coordinador, hombre de visión y capacidad de competencia a toda prueba, con lo que resuelve los problemas sociales, técnicos, económicos y estéticos formales de la edificación; consciente de las nuevas técnicas científicas y las conceptualizaciones plásticas del espacio arquitectónico, en respuesta a las nuevas necesidades sociales. El arquitecto debe tener la finalidad de mejorar la vida del pueblo guerrerense, correspondiendo a la dignidad del ser humano.
La sociedad de nuestro estado demanda y espera de nosotros al profesionista de alta calidad que aporte experiencias y vivencias completas; que actúe con madurez en el contexto que le corresponde, que participe en nuestro medio como consultor de los gobiernos estatales y municipales, proyectistas y constructores de la obra pública en las esferas municipales y en el extenso campo de la iniciativa privada, emprendiendo también la investigación y la participación académica.
Historia.
En Guerrero, con siete regiones que lo convierten en un mosaico de etnias, de climas, de costumbres y tradiciones, la arquitectura y sus formas de expresión responden también a las etapas históricas que nuestro estado ha vivido.
Antes de la presencia española, los pueblos y construcciones indígenas representaban claramente los valores del pensamiento social y religioso de los pobladores. La arquitectura y sus expresiones estaban íntimamente ligadas con la religión y con la naturaleza, con la astronomía y la conjunción de creencias míticas.
Templo de Tehuacalco, construido con un sistema de bloque de piedra parado, intercalado de pequeñas lajas acomodadas horizontalmente.
La Arquitectura Prehispánica.
Es el legado de nuestras tradiciones arquitectónicas producido por las culturas y civilizaciones precolombinas, las cuales se manifiestan de la mejor manera en la forma de monumentales estructuras como las pirámides, edificios públicos, ceremoniales y urbanos. La Arquitectura Prehispánica Guerrerense es un ejemplo y una referencia de cómo y por cuáles lugares caminaron tribus y grupos humanos, que dejaron su huella a través de la alfarería, de la minería, de otras actividades artesanales y de sus expresiones rudimentarias de arquitectura, que nos marcan los rangos de riqueza y poder de los gobernantes, y su cultura manifiesta su relación estrecha entre la geografía mítico–religiosa y el principio cíclico de vida, muerte y renacimiento. Otro factor importante en la arquitectura eran los cuerpos celestiales; algunas construcciones estaban alineadas con ciertos cuerpos celestes en épocas especiales, otras veces eran levantadas para lograr efectos de iluminación durante los equinoccios y así poder observar la particular alineación de estrellas y planetas.
Guerrero se encuentra en una región antiguamente llamada Cihuatlán (“lugar junto a las mujeres”, en náhuatl; Ñuu Ra, en mixteco). La identidad de los primeros grupos o habitantes de estas tierras causa polémica, ya que para algunos autores los mismos olmecas que habitaron la región del Golfo de México también se asentaron en estas regiones durante el periodo preclásico mesoamericano, que dejó gran influencia en la cultura del estado, como la característica del “Hombre Jaguar”, el agrupamiento de aldeas dispersas, la construcción de templos ceremoniales y el establecimiento de una organización política, cultural y religiosa administrada por sacerdotes que fueron asumiendo funciones de gobierno.
Otras culturas que se asentaron en el estado, como la Mezcala y los coixcas en el Siglo VIII, nos dejan una arquitectura y cerámica que tenía un carácter ritual, incorporando sus elementos artísticos a la escultura en piedra.