El cólera es una infección del tubo gastrointestinal que cursa generalmente sin fiebre y que causa, en una minoría de las personas que la adquieren, diarrea muy severa con aspecto de “agua de arroz”, acompañada con frecuencia de vómito que provoca deshidratación muy acentuada que si no se atiende a tiempo puede causar la muerte del paciente. La enfermedad es originada por una bacteria llamada Vibrio Cholerae, que se adquiere por la ingestión de bebidas o alimentos contaminados.
El cólera llegó otra vez a América en 1991 como parte de la séptima pandemia mundial de este padecimiento, que inició a principios de los años 60 en Indonesia y se extendió a los cinco continentes, afectando a más de cien países. Perú fue el primer país americano infectado, de ahí el cólera se diseminó con rapidez a otros países del continente y antes de lo esperado, en junio del mismo año, se presentaron los primeros casos en México, en el poblado de Totolmoloya, localidad mexiquense ubicada en los límites de esa entidad federativa y el estado de Guerrero.
En la historia del cólera se registran pandemias durante los años 1816, 1829, 1852, 1863, 1881, 1889 y la actual, iniciada en 1961. De hecho tenía más de un siglo que esta enfermedad diarreica no se presentaba en el continente americano. Los últimos casos que se tenían registrados en nuestro país, antes de la epidemia actual, datan de 1882 y correspondían a la quinta pandemia (1881).
El 29 de agosto de 1991 aparece el primer caso de cólera en Guerrero, en el poblado Kilómetro 30, municipio de Acapulco. Se registraron en los últimos cuatro meses del año mencionado 1108 casos con 12 defunciones, en 188 localidades de 36 municipios de la entidad, que causaron gran preocupación en todos los medios, por ser una enfermedad emergente que el personal sanitario no manejaba de manera adecuada por carecer de la experiencia necesaria para ello.
En 1992 la epidemia se acentuó y Guerrero ocupó el primer lugar en la República con 4555 casos confirmados de cólera, en 847 localidades de 68 de los 76 municipios de la entidad hubo 20 defunciones. Las áreas más afectadas fueron las rurales y las zonas marginadas urbanas, en donde la población carece de servicios sanitarios básicos, como son el abastecimiento de agua potable y la eliminación de excretas, y en donde reside la población con mayores índices de analfabetismo y malos hábitos higiénicos.
Las fuentes de infección más frecuentes han sido el agua contaminada de pozos y cisternas, arroyos y ríos, asimismo han desempeñado importante papel como medio de transmisión alimentos contaminados como las hortalizas y los mariscos. Los casos se incrementaron a partir de abril y se presentaron la mayoría de ellos en la temporada de lluvias, disminuyendo hacia finales de año.
La cloración de los sistemas municipales de agua entubada y la distribución de tabletas de hipoclorito de calcio y sodio en localidades sin sistemas de distribución de agua, aunadas a las campañas masivas de educación para evitar el padecimiento, tuvieron gran impacto en la casuística de ese padecimiento en la población, y fue así que a partir de 1993 empezó a declinar la epidemia en el estado, hasta lograr un control satisfactorio. En 1998 sólo se registraron dos casos.
El cólera es una diarrea que, además de la rehidratación, amerita tratamiento con antibióticos. Las tetraciclinas son los más útiles. Los pacientes que presentan cuadros diarreicos severos requieren hospitalización y atención médica urgente.
(FLE)