El Colegio del Estado, génesis de la actual Universidad Autónoma de Guerrero, fue creado en 1942 por el ingeniero militar Gerardo Rafael Catalán Calvo, gobernador constitucional del estado de Guerrero en el periodo 1941-1945. Este hecho fue dado a conocer en su Primer Informe de Gobierno, en donde dice lo siguiente:
“El escaso rendimiento de la Escuela Secundaria y Normal Mixta obligó a suspender la inscripción de normalistas ya que de las observaciones practicadas en dicha institución se comprobó que los alumnos no se titulan en ella. Por tales razones, se considera necesario transformar dicha escuela en Colegio del Estado, que responda a las necesidades de explotación de nuestros recursos y con tendencia a formar un Instituto Politécnico que se encargue no sólo de estudiar nuestra riqueza natural, sino fundamentalmente de preparar a los que habrán de dedicarse a su explotación intensiva y extensiva”.
Para ello ordenó la construcción del nuevo edificio escolar –que tendría capacidad para 500 alumnos–, aumentó el subsidio, canalizó recursos especiales para laboratorios y enseres escolares y determinó que se seleccionara la plantilla docente y se incrementaran los salarios.
Colegio del Estado en 1950.
Atendiendo a los nuevos objetivos, a partir de ese año se establecieron nuevas carreras como la de Enfermería y Obstetricia, Topografía, Mecánico Automovilista, Secretaria Taquimecanógrafa y Auxiliar de Contabilidad. Su primer director fue el licenciado Alberto Saavedra Torija.
Sin embargo, la historia del Colegio del Estado, máxima casa de estudios del estado de Guerrero hasta 1960, resulta incompleta y poco comprensible si no se conocen los antecedentes de la institución desde la creación de nuestra entidad en el siglo XIX.
Recién constituido el Estado Libre y Soberano de Guerrero, a iniciativa de don Juan Álvarez –primer gobernante de la entidad–, el H. Congreso del estado, presidido por don Francisco de P. Ortega, expidió el 5 de junio de 1852 en la población de Tixtla de Guerrero, entonces capital del nuevo estado, el Decreto 36 que, conforme a lo dispuesto por la Constitución, establecía un instituto literario destinado para la enseñanza secundaria, que se denominó Instituto Literario Álvarez.
No obstante, debido a los movimientos armados que acontecían en esa época, la nueva institución pudo funcionar a partir de septiembre de 1869, cuando una vez pacificada la nación, el gobernador Francisco Otálora Arce envió una iniciativa al Congreso local con la finalidad de que mediante decreto éste señalara oficialmente el inicio de las labores educativas del instituto.
En el segundo artículo del ordenamiento expedido se dispone la obligación que adquieren todas las municipalidades de mandar al instituto y de sostener a un alumno durante el periodo correspondiente a la profesión que elija, teniendo cuidado de sustituirlo luego que la concluya. En el tercer artículo se especifica la cuota mensual de $10.00 que cada ayuntamiento debe pagar al instituto para el sostén de su alumno; también se puntualiza que el alumno debería traer consigo dos trajes como mínimo y “la suficiente ropa blanca”, y que el colegio ministraría la enseñanza y los libros de asignatura mediante los fondos del presupuesto determinados para ello.
Esta institución fue de hecho el primer centro oficial de educación superior en el estado y sus materias iniciales fueron: Latín, Dibujo, Geografía, Teneduría de Libros, Castellano y Filosofía y Moral. Comenzó sus actividades escolares con alumnos externos e internos. Su primer director fue don Francisco Granados Maldonado, abogado, escritor y poeta, quien asumió la responsabilidad de elaborar el reglamento y el plan de estudios correspondientes.
Un año después, el general Vicente Jiménez –oriundo de Tixtla– se levantó en armas contra el gobierno del señor Otálora Arce, acontecimiento que obligó a cambiar la capital del estado a Chilpancingo y con ello las instituciones del gobierno, entre las que se encontraba el Instituto Literario, mismo que se instaló primero en la calle de Guerrero 20 y más tarde se ubicó en la avenida 2 de Abril, hoy Miguel Alemán.
El instituto –tal como se observa en los párrafos siguientes– sufrió a través del tiempo múltiples cambios en su nombre y en su plan de estudios, pues cada nuevo Gobierno estatal tenía sus políticas educativas. Inclusive, en 1874, los diputados Reguera, García, Robles y Salazar firmaron una propuesta para que se decretara su desaparición, argumentando problemas económicos del erario público, a lo cual se opuso el gobernador Diego Álvarez.
En 1885, con el general Otálora Arce otra vez como gobernador, se publicó el Plan de Estudios y Reglamento General del Instituto señalando que se impartirían la instrucción primaria, la secundaria y la preparatoria; se instalaban, asimismo, las carreras profesionales de Abogado, Ingeniero Topógrafo e Ingeniero Minero, mas por falta de inscripciones sólo se impartió la primera.
Un año después fue inaugurado el Instituto Literario de Señoritas, expidiéndose el reglamento correspondiente.
En 1893, el gobernador Mercenario publicó una ley que suprimía las carreras de Abogado y de Escribano Público, argumentando que “el Estado, no tiene obligación de darlas, ni es justo que el dinero del pueblo se invierta en provecho de unos cuantos agraciados”. Los que terminaran la preparatoria con buen aprovechamiento serían becados a “los colegios de la capital” por cuenta del estado.
Posteriormente, don Agustín Mora, el gobernador que lo sucedió, transformó en 1901, mediante Decreto 14, el Instituto Literario para Señoritas en Escuela Normal para Profesoras, y por Decreto 19 del mismo año a la Escuela Normal para Profesores en Escuela Normal y Preparatoria.
También reinstaló en 1903 la carrera de Jurisprudencia; sin embargo, cuatro años después don Damián Flores, el gobernador que lo sucedió, desapareció nuevamente la preparatoria y los estudios de jurisprudencia, determinando becas a los alumnos más destacados para que continuaran sus estudios en la Ciudad de México.
Damián Flores también reorganizó las normales del estado y expidió el 19 de agosto de 1910 la Ley sobre la Reorganización de la Escuela Mixta Normal del Estado y, en el mes siguiente, el reglamento de la misma.
En 1912, el licenciado José I. Lugo, primer gobernante estatal emanado del movimiento armado antiporfirista, “con el deseo ardiente de proporcionar a los hijos del Estado las mayores ventajas para el estudio, a fin de que sea más grande el número de los que se aprovechen”, promovió la reinstalación de la preparatoria y de la Escuela de Jurisprudencia y apoyó notablemente a las Normales.
De 1913 a 1918, por la inestabilidad política del país y las luchas revolucionarias las actividades docentes fueron muy irregulares y por grandes lapsos casi inexistentes.
Fue hasta 1919, en el gobierno del profesor Francisco Figueroa, cuando se reanudaron las labores escolares en forma normal y en el primer informe ante el Congreso local menciona que “se han sostenido las subvenciones de la Universidad de Ciudad Bravos y de la Escuela Experimental de Agricultura de Iguala y ambos establecimientos han estado trabajando con empeño, para corresponder a la protección que les imparte el Gobierno del estado”. En el presupuesto de 1920 aparece en el rubro de Educación la denominación de “Instituto del estado, Escuelas Normales y Preparatorias”
En febrero de 1921, el gobernador Figueroa publicó la Ley de Educación Primaria, Normal y Preparatoria del estado, en la que se determina que éstas quedan bajo la dirección del Gobierno del estado y señala los planes de estudio y organización de la institución.
En 1922, siendo gobernador el licenciado Rodolfo Neri, se inician nuevamente las labores académicas todavía con la denominación de Escuela Mixta Normal y Preparatoria.
En 1924, ante el levantamiento armado de Urbano Lavín y Rafael Correa Robles, se suspenden las labores docentes durante siete meses.
En 1925, como resultado de la reforma que se le hace al plan de estudios de la Escuela Normal de México, en nuestra entidad se establece por decreto de fecha 3 de enero el plan para impartir enseñanza secundaria y Normal. Con otro decreto, de esa misma fecha, se reforma el plan de preparatoria, dividiéndolo en un ciclo común a todos los bachilleratos y en otro especializado en función a la carrera que se desee seguir, adoptándose los planes y programas de la Escuela Nacional Preparatoria.
En 1926, se dotó a la institución educativa de laboratorios de biología y química.
En diciembre de 1929, el general Adrián Castrejón, gobernador constitucional del estado, implantó una nueva organización, y en 1930 suspendió los estudios de preparatoria. Con la publicación de la Ley de Educación Pública 147, que se expidió el 2 de abril del mismo año el plantel tomó la denominación de Secundaria y Normal Mixta del Estado. En 1931 se estableció el Consejo Técnico del plantel, el cual se integró con representantes del personal docente y del alumnado.
Con esa estructura y denominación funcionó la institución en los periodos de los gobernantes Guevara y Berber y es –como ya se mencionó– el coronel e ingeniero Gerardo Rafael Catalán Calvo quien fundó el Colegio del estado en 1942.
El Reglamento del Colegio del Estado fue publicado el 2 de abril de 1942, antes de concluir su mandato el ingeniero Catalán Calvo reformó el reglamento inicial y la nueva versión se publicó el 21 de marzo de 1945.
En 1946, ya como gobernador el general Leyva Mancilla, se agregó la carrera de Educadora de Párvulos, y en 1947 se modificó la de Topógrafo, Ingeniero Topógrafo e Hidrógrafo.
En 1948, se restableció ya en forma definitiva, la preparatoria.
En 1950 hubo un nuevo cambio en la política educativa del estado con relación a la enseñanza superior. El general Leyva Mancilla consideró establecer una educación de tipo universitario y no politécnica, como opinaba su antecesor, y expidió el Decreto 102, mediante el cual se reinstaló la carrera de Licenciado en Derecho, se creó la de Ciencias Sociales y se ratificaron la de Ingeniero Topógrafo e Hidrógrafo y la de Obstetricia; las dos últimas se venían impartiendo desde 1946 conforme al plan de estudios del colegio, pero no habían quedado debidamente legisladas y por ello los títulos expedidos hasta esa fecha carecían de validez legal.
En 1950, el Colegio del Estado se afilió a la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior de la República Mexicana.
Desde el inicio de su gestión, el gobernador Alejandro Gómez Maganda manifestó el propósito de convertir al Colegio del Estado en universidad. Así, el 1 de octubre de 1951 creó la Normal Superior con especialidades en Civismo, Ciencias Biológicas, Matemáticas y Geografía, dependiente del Colegio del Estado, buscando de esta manera la formación de docentes que pudieran atender a futuro las cátedras universitarias.
Posteriormente, en 1952, fundó el Departamento de Administración para el Colegio del Estado; todo ello con la intención de cristalizar el proyecto de convertir a esta institución en Universidad del Sur, situación que al final no logró porque –por motivos políticos– el Gobierno federal desapareció los poderes a los tres años de su administración.
No obstante, es justo mencionar también que –a pesar de los cambios de gobierno– la generación docente y estudiantil de la década de los 50 desempeñó un papel trascendente en la promoción y consolidación de la universidad, hecho que se consiguió hasta 1960, durante el gobierno del general Caballero Aburto.
Antes, en 1956, el gobernador interino Darío Arrieta creó en la Normal Superior la especialidad de Técnico en Educación, erigió la preparatoria de Acapulco y la secundaria nocturna en Chilpancingo. En 1959 comenzaron los cursos intensivos de verano en la Normal Superior, mismos que al principio eran por correspondencia.
En marzo de 1960, el general Raúl Caballero Aburto expidió el Decreto 2, mediante el cual el Colegio del Estado se transformó en Universidad de Guerrero. No obstante, la comunidad universitaria estaba insatisfecha porque el gobierno no había aceptado la autonomía de su institución y esto desencadenó un paro general, un movimiento de huelga que, apoyado por la población civil, fue reprimido brutalmente.
Este hecho causó la caída del gobernador Caballero Aburto, pues nuevamente el Gobierno federal desapareció los poderes el 4 de enero de 1961 y nombró como gobernador provisional al licenciado Arturo Martínez Adame. El nuevo mandatario al inicio de su periodo administrativo concedió por fin la autonomía universitaria exigida; a partir de entonces el nombre oficial de la máxima institución educativa del estado es Universidad Autónoma de Guerrero.
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