Es una actividad agropecuaria orientada a la crianza de abejas (del género Apis) con el objeto de obtener los productos que son capaces de elaborar y recolectar, y que el hombre necesita para su sustento.
El estudio de las abejas, cuyo comportamiento motivó el interés del ser humano desde la antigüedad, ha quedado englobado en la ciencia entomológica denominada Apidología y el de su explotación racional para el beneficio del hombre en la apicultura, mediante la cual se obtiene miel, polen, jalea real, propóleo, cera, etc., así como la polinización de plantas silvestres y cultivadas.
Se trata de una actividad productiva que ha sido practicada desde los tiempos del hombre primitivo y que se ha ido perfeccionando a través de los siglos y de la evolución de la humanidad.
La apicultura en América.
La apicultura alcanzó su apogeo cuando el único elemento conocido para endulzar los alimentos era la miel. Esto cambió después del descubrimiento de América y de la caña de azúcar, por lo que la importancia de la apicultura decreció sensiblemente. Sin embargo, su práctica no se interrumpió en ningún momento.
Las culturas mesoamericanas lograron cultivar diversas variedades de los géneros Trigona y Melipona, entre las que tuvo particular importancia la especie Melipona beecheii Bennett, que se utiliza todavía en Yucatán.
En la cultura mexica los productos apícolas fueron muy apreciados, siendo cobrados algunos tributos con miel de abeja. Existe en el Códice Mendocino una larga lista de las cantidades de miel que tenían que entregar los súbditos a Moctezuma, viniendo incluso desde tierras lejanas. En los pueblos autóctonos la miel era utilizada de diferentes maneras, como lo señala Sahagún: “Usaban también comer muchas maneras de puchas o mazamorras; una de ellas se llamaba totonquiatulli, mazamorra o atole caliente; necuatolli, atole con miel; chinecualalli, atole hecho con chile amarillo y miel; chinecualalli, atole hecho con harina, muy espeso, muy blanco, condimentado con tequisquitl”.
Otra referencia dice que la escultura de Huitzilopochtli se modelaba con semillas de amaranto y que en su interior se colocaban unas bolsas que contenían jades, huesos y amuletos que le daban vida a la imagen. Para amalgamar las semillas de amaranto, éstas se mezclaban con miel y sangre humana. Como el cultivo de la caña de azúcar no se conocía en años previos a la Colonia, la miel era el único dulce que usaban para elaborar bebidas alcohólicas, siendo los hombres maduros los que podían beber esa pócima; a los jóvenes se les tenía prohibido hacerlo a menos que fueran hijos de los caciques. Se acostumbraba tomar bebidas alcohólicas preparadas con miel de abeja en las fiestas de defunción.
Productos de la apicultura.
Son múltiples los productos que se obtienen del infatigable trabajo de estos admirables himenópteros:
La miel que dan las abejas sin aguijón (meliponas), en todo México siempre ha sido muy apreciada por sus propiedades curativas. Se usa, por ejemplo, contra las molestias de la gripe y la garganta, padecimientos de los ojos, moretones, dolores durante el embarazo y debilidad general después del parto. Entre nuestros indígenas ocupó un lugar preponderante en la época precortesiana: para los males de la garganta, aplicaban miel con tabaco calientes; la epilepsia la trataban con miel, y la sordera con aplicaciones de miel caliente con chile en los oídos.
La miel se vende sobre todo en el mercado de exportación, consumiéndose sólo un 10% en el país.
El ser humano la utiliza para hacer velas, aceites, selladores, lubricantes, ungüentos, pulimentos para muebles y barnices; en orfebrería, artes plásticas, cosmetología y envases para los panales de las mismas abejas.
Cera de abeja.
En el México prehispánico era apreciada la abeja no sólo por su miel, sino también por la cera. Este subproducto ocupó un lugar importante; en la antigüedad los indígenas la utilizaron en la metalurgia llamada “la cera perdida”, consistiendo ésta en darle forma a las figuras de oro.
En un tiempo el papel que desempeñó la cera fue quizás mayor que la importancia que tuvo la miel debido a sus usos en la fabricación de candiles o velas de cera, además de otras importantes aplicaciones como la impermeabilización de maderas, cuerdas, cueros, telas, etc. Sin embargo, con el desarrollo de nuevas técnicas de conservación, manipulación y mecanismos para su recolección la cera poco a poco ha ido perdiendo importancia. Se exporta más del 50% de la producción.
El veneno de las abejas se emplea para controlar problemas reumáticos. Además de estos beneficios hay otros como la polinización de las flores.
Polinización de la flor de nopal
Hacia 1920, en nuestro país la apicultura se desarrollaba en colmenas móviles de madera, que se siguen usando hasta la fecha. Tanto la fácil adaptación a México de la abeja europea como la aplicación de tecnología y la demanda del producto fueron los principales factores que dieron origen a una apicultura de gran éxito.
En el estado de Guerrero la actividad apícola juega un papel importante en el desarrollo económico y se considera que existe un potencial significativo que aún no se aprovecha, explotándose en la actualidad desde una colmena con métodos rudimentarios para el abastecimiento familiar hasta un gran número de éstas con tecnología avanzada y fines comerciales.
Sobresalen por su producción las regiones Costa Grande, Costa Chica, Tierra Caliente y Norte, contando sólo esta última con más de 15 000 colmenas distribuidas principalmente en los municipios de Buenavista de Cuéllar, Huitzuco, Iguala, Taxco y Teloloapan.
En nuestra entidad se manejan abejas europeas de tipo italiano (Apis mellifera), con un promedio anual de producción de 25 a 30 kg por colmena, obteniéndose un total de 4000 toneladas de miel al año, mismas que son destinadas, en su mayoría, al mercado de EU, Italia y Alemania.
Número de colmenas, producción de miel y de cera, y su valor por regiones:
Región |
Núm. de colmenas |
Valor/miles de $ |
Producción de miel/t (*) |
Valor/miles de $ |
Producción de cera/t |
Valor/miles de $ |
Tierra Caliente |
10 671 |
12 805.2 |
222.3 |
4 188.7 |
10.1 |
504.3 |
Norte |
17 924 |
21 508.8 |
492.1 |
9 801.6 |
27.0 |
1 224.3 |
Centro |
4 135 |
4 962.0 |
151.4 |
2 776.8 |
4.8 |
210.9 |
Montaña |
718 |
861.6 |
22.1 |
415.5 |
0.8 |
30.7 |
Costa Grande |
51 622 |
61 946.4 |
1 492.9 |
29 169.4 |
144.9 |
7118.9 |
Costa Chica |
37 509 |
45 010.8 |
1 383.9 |
24 910.5 |
53.8 |
2 551.8 |
Acapulco |
9 293 |
11 151.6 |
376.2 |
6 772.3 |
15.3 |
748.7 |
Total |
131 872 |
158 246.4 |
4141.0 |
78 034.8 |
256.7 |
12 389.6 |
Fuente: Anuario estadístico, Guerrero (2006) INEGI.
(*) La suma de los parciales no coincide con el total, debido al redondeo de cifras (INEGI).
Producción de miel y cera, 2005–2008 (toneladas).
Concepto |
2005 |
2006 |
2007* |
2008** |
Miel |
4 141.0 |
4 101.0 |
4 072.0 |
3 454.0 |
Cera |
257.0 |
242.9 |
248.0 |
286.3 |
Fuente: Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), Delegación en el estado, Subdelegación Agropecuaria, Secretaría de Desarrollo Rural.
*Se modifican las cifras por las del cierre del Anuario Estadístico de la Producción Pecuaria del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y SAGARPA, 2007.
**Cifras preliminares.
El caso de la abeja africana.
En 1956 se introdujeron a Brasil 51 reinas de abeja africana (Apis Adansoni) para realizar experimentos de mejoramiento genético, de las cuales destacaron 26 en diversas pruebas de productividad, pero por descuido de un apicultor que desconocía los detalles del trabajo en marzo de 1957 escaparon 26 abejas reinas y su séquito en forma accidental en un poblado de Brasil. Al salirse de control tanto las reinas como sus descendientes enjambraron cruzándose con las europeas y dispersándose por diversas partes del continente americano; a partir de esa cruza, se le llama abeja africanizada, la cual ha representado un serio problema por la agresividad y baja productividad de ésta para la apicultura de los países donde paulatinamente ha ido introduciéndose; en 1986, año en que ingresó la abeja africana a México, existían 2.5 millones de colmenas, pero al ingresar dicha abeja el número de colmenas se redujo significativamente en un 40%, para 1994. A pesar de eso, en nuestro país, gracias al buen manejo de los apicultores, en 2001 se contabilizaron 2.6 millones de colmenas.
La abeja africanizada en Guerrero.
En 1986 ingresaron a México por la frontera sur y en diciembre de 1988 hicieron su aparición los primeros enjambres en Guerrero en el ejido Punta Maldonado del municipio de Cuajinicuilapa.
Características de las abejas africanizadas.
Estas abejas muestran hábitos migratorios muy elevados; se reproducen más rápido que las abejas nativas; reaccionan con gran irritabilidad ante aromas y ruidos fuertes, así como ante movimientos o vibraciones, provocando agresiones masivas contra personas o animales y causando con frecuencia resultados fatales en ambos casos. Los ataques de estas abejas son un problema de salud pública y de fuertes consecuencias económicas: causan una letalidad del 6 a 7% en las personas agredidas, requiriendo muchas de ellas atención hospitalaria por 12 a 24 horas, y generando grandes pérdidas económicas a los propietarios de ganado.
(JCLU/EAV)