"Allí tenéis a Guerrero, a ese hombre que nos envidian las naciones más grandes de la tierra; para quien los reveses eran razones para ser fiel; para quien la esperanza era un motivo para perseverar; para quien la miseria no era un obstáculo; para quien la familia no era una cadena que lo atara al poste de la inacción; para quien la envidia era un sentimiento desconocido; para quien la cobardía era una vana palabra; para quien los alimentos estaban en los bosques y las municiones en las cartucheras del enemigo.
Compatriotas: ese era Guerrero, esa figura grandiosa que nosotros no admiramos lo bastante quizá porque está demasiado cerca, pero que debíamos contemplar de rodillas, enorgulleciéndonos de haber nacido en el mismo lugar que meció su cuna, por un privilegio que no concede Dios sino de tarde en tarde a las naciones".
Ignacio Manuel Altamirano
Fragmento del discurso Guerra al imperio y victoria por la República pronunciado en la ciudad de Tixtla, Guerrero, el 16 de septiembre de 1866.